¿Pero es que existe un ciclo del odio? Si existe, ¿es posible ‘cortocircuitarlo’?

Es de lamentar que la dinámica del odio cobre fuerza en la sociedad contemporánea, como si nada hubiésemos aprendido de nuestra historia reciente,
verbi gracia: el Holocausto, cuya efeméride se ha conmemorado en estos días.
Los mismos síntomas que condujeron al afianzamiento de una ideología cruel, brutal y violenta como la propugnada por el nazismo, se reproducen a nuestro alrededor y alcanzan manifestaciones intimidantes. En los medios de comunicación se ven y leen muchas noticias de personas que son víctimas del odio por su origen, su raza o su orientación sexual y, consciente o inconscientemente, pasamos de la impotencia a la indiferencia por saturación. Y aunque se ha creado la figura del ‘delito de odio’, odiar no es en sí mismo un delito.
Según Óscar Pérez de la Fuente, “El odio es una emoción, que puede ser manipulada –especialmente por demagogos– y ha tenido históricamente gran poder movilizador […]. Los odios públicos buscan causar mal a un colectivo concreto y suelen ser caldo de cultivo para diversas manifestaciones, como los delitos de odio o los genocidios”
[i].
¿Pero es que existe un ciclo del odio? Si existe, ¿es posible ‘cortocircuitarlo´?
En consecuencia, el odio sí parece responder a una cadena cíclica. En línea con esta inquietud creciente, el primer número de la revista
La Atalaya para este año, ofrece respuestas a preguntas como ¿Por qué nace el odio en la gente? ¿Cómo se propaga? ¿En qué punto y cómo se puede ‘cortocircuitar’ ese pernicioso ciclo?
Para abundar en este tema tan actual, puede remitirse al siguiente enlace:
https://www.jw.org/es/biblioteca/revistas/atalaya-2022-numero1-enero-febrero/
[i] “¿Qué es el odio? ¿Por qué está cerca de nosotros?”, artículo de Óscar Pérez de la Fuente, profesor de Filosofía del Derecho y Filosofía política de la Universidad Carlos III de Madrid, publicado en
The Conversation del 11/11/2020.