Las transaminasas son enzimas que se encargan de funciones vitales para el cuerpo y que, de acuerdo a su tipo, pueden estar presentes en las células de todo el cuerpo o solo en las del hígado.
El primer grupo está en casi todos los órganos y se conocen como ALT o GOT (transaminasa glutamicooxalacética) y se encarga de restaurar los órganos cuando hay destrucción celular.
El otro grupo, llamado AST o GPT (transaminasa glutamicopirúvica), sólo se encuentra en el hígado y
se ocupa de fabricar glucosa, que es el alimento del cuerpo. Todas las células del cuerpo consumen glucosa.
El hígado tiene las respuestas
A veces, se produce una subida importante de las transaminasas en los bebés, y esto, por regla general, tiene que ver con enfermedades en el hígado.
La hepatitis y la presencia de ciertas medicinas pueden disparar la concentración de transaminasas.
Una causa menos común para que suban las transaminasas es la intolerancia al glúten (celiaquía), aunque
en estos casos la subida es menor que cuando hay desórdenes hepáticos. Por tal razón, siempre se complementan los exámenes para determinar las causas exactas.
Por qué es peligroso que suban las transaminasas en un bebé
En los bebés, la AST debería mantenerse entre 25 y 75 U/L y un ALT de 11 a 54 U/L, con pequeñas variaciones según el sexo y la edad del mismo.
De acuerdo con los expertos de
elblogdetubebe, cuando suben las transaminasas en un bebé hay que alertarse porque
esto puede interferir con la correcta asimilación de los nutrientes que requiere el organismo, lo cual puede derivar en desnutrición y en enfermedades graves.
Otra consecuencia de no atender la transaminasa alta es la intoxicación, dado que el hígado no está funcionando correctamente. En esos casos es importante
acudir al médico para que solicite una dieta de desintoxicación del hígado y todo vuelva a la normalidad.