• Todas ellas están especialmente expuestas al riesgo de exclusión social y laboral. A su falta de experiencia hay que añadir otras circunstancias que a menudo presentan como el bajo nivel formativo o escasos recursos económicos.
• Sólo 2.700 hombres de esta edad, en toda España, buscan su primera oportunidad laboral.
• No habían trabajado antes pero actualmente se ven en la necesidad de hacerlo, en hogares aún resentidos por la crisis económica, a pesar de la reactivación del mercado, y debido a otras circunstancias como el aumento de las rupturas matrimoniales o el cambio en los valores culturales.
• Todas ellas corren el riesgo de que el desempleo se convierta en un “mal crónico”. Si el 73% de las mujeres mayores de 45 años es parada de larga duración (frente al 60% del resto de las mujeres), las que no tienen experiencia están especialmente expuestas a este desempleo estructural.
• La mayor parte de las mujeres mayores de 45 años en riesgo de exclusión que acude a la Fundación Adecco (con escasos recursos económicos, poca o nula experiencia, desempleada de larga duración con nivel formativo bajo, etc), encuentra trabajo en el sector servicios, con un contrato eventual por circunstancias de la producción en puestos como recepcionista, personal de limpieza, camarera de pisos, dependienta o monitora de comedor escolar.
• El desempleo de larga duración también afecta más intensamente a las mujeres con discapacidad: un 77% lleva más de un año en paro.
Madrid, 3 de marzo de 2016.- Desde que comenzara la crisis en 2007, las mujeres mayores de 45 años están desempeñando un gran protagonismo a la hora de afrontar la recuperación económica. Entre
2008 y 2015, más de un millón de mujeres de esta edad, que eran ajenas al mercado laboral, se han incorporado al mismo, en busca de un empleo que les permitiera contrarrestar la pérdida de ingresos en los hogares.
Al mismo tiempo, 792.000 mujeres menores de 30 años se han retirado del mercado laboral, probablemente ante la falta de expectativas profesionales; algunas prolongando su etapa académica; otras, marchándose al extranjero en busca de mejores condiciones, etc.
Así,
la tasa de actividad de las mujeres entre 45 y 60 años se ha incrementado en 12 puntos porcentuales desde 2008 (alcanzando el 72%), aproximándose a la de los hombres, que apenas ha crecido en un punto, situándose en el 87%.
Mayor de 45 años+ primer empleo= riesgo de exclusión
La
oleada de incorporación de mujeres mayores de 45 años al mercado, ha incluido a algunas que nunca antes habían trabajado, y que por ello se encuentran en mayor riesgo de exclusión social. A su edad y falta de experiencia, hay que añadir otros factores que a menudo presentan, como el bajo nivel formativo, los escasos recursos económicos, lo que provoca que estén doblemente expuestas a la exclusión social. Concretamente,
desde 2009 se contabilizan, cada año, más de 20.000 mujeres senior que buscan su primer empleo. Estas cifras contrastan con las 6.800 que se registraron en 2006, antes de la crisis económica.
En 2014, con el inicio de la recuperación, se produjo el principal descenso en el número de paradas mayores de 45 años en busca de su primer trabajo, tendencia que ha continuado en 2015 con una caída moderada de 200 mujeres, hasta alcanzar las 27.400. Mientras, sólo
2.700 hombres de esta edad, en toda España, hacen lo propio.
Pero, ¿por qué mujeres de más de 45 años, que teóricamente deberían estar en el ecuador de su vida profesional, deciden incorporarse por primera vez a un mercado altamente competitivo? La Fundación Adecco ha identificado 3 razones:
-
Necesidad de apoyar a una economía doméstica resentida. Con la crisis, muchos hombres perdieron su empleo o vieron reducido su poder adquisitivo. En este contexto, la figura de la mujer mayor de 45 años ha sido fundamental, al haberse incorporado al mercado laboral en busca de un empleo que le permita contrarrestar la pérdida de ingresos en los hogares. Actualmente, a pesar de la reactivación económica, el rol de la mujer mayor de 45 años sigue siendo crítico, al haber
más de un millón y medio de hogares con todos sus miembros en paro.
- Aumento de rupturas matrimoniales. Desde 2005, se han contabilizado en España más de un millón de divorcios, registrándose 100.746 en 2014, un 38% más que en 2005, cuando se documentaron 72.848. Estas separaciones han propiciado que muchas mujeres, que hasta el momento eran económicamente dependientes, hayan decidido adquirir autonomía a través del empleo.
Algunas de ellas nunca habían trabajado antes y otras acumulan largos periodos de inactividad, con lo que su acceso al empleo se complica.
-
Cambio en los valores culturales. Aunque este factor tiene menor peso, desde finales de los 70, se ha ido reduciendo el estigma de la mujer dedicada al cuidado del hogar. La gran ruptura se produjo hace 4 décadas, pero hoy en día continúa el viaje hacia la igualdad. Cada vez más mujeres mayores de 45 años, hasta entonces inactivas, deciden formarse o buscar un empleo como vehículo para incrementar su realización personal –algunas de ellas aprovechando que se liberan de sus responsabilidades familiares.
En búsqueda de su primer “desempleo”
Según
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “las mujeres de más de 45 años que buscan su primer empleo destacan por su iniciativa y, una vez se incorporan al puesto, suelen demostrar un gran compromiso y fidelidad al proyecto empresarial. Sin embargo, sus dificultades a la hora de encontrar empleo son mayúsculas, pues a la ausencia de experiencia hay que añadir la obsoleta discriminación que siguen experimentando por ser mujeres y tener más de 45 años, debido a prejuicios y estereotipos aún asentados en el imaginario social. Están por tanto, doblemente expuestas a la exclusión social”.
Estas circunstancias sitúan a la mujer mayor de 45 años en clara desventaja a la hora de encontrar trabajo, de modo que
gran parte de las que se incorporan por primera vez al mercado laboral, lo hacen directamente al desempleo. Desempleo, además, que tiende a ser estructural y no coyuntural. Hay que tener en cuenta que el paro de larga duración afecta mucho más, de por sí, a las mujeres mayores de 45 años (un
73% lleva más de un año en desempleo, frente al 60% de media femenina), de modo que las que no acumulan experiencia están especialmente expuestas a este desempleo estructural.
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De 1 a 2
años en paro |
Más de
2 años en paro |
Total mujeres
desempleo |
% Desempleo
larga duración |
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Todas las mujeres |
400.100,0 |
1.052.500,0 |
2.391,7 |
60,7% |
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Mujeres mayores de 45 años |
130.500 |
479.200 |
832 |
73,3% |
Fuente: EPA 4T 2015
¿Dónde encuentran trabajo?
Las mujeres mayores de 45 años que acuden a la Fundación Adecco se encuentran en riesgo de exclusión por diferentes motivos:
escasos recursos económicos, poca o nula experiencia, desempleo de larga duración con nivel formativo bajo, etc. Todas ellas suelen encontrar empleo en el
secto
r servicios, con una modalidad contractual eventual por circunstancias de la producción, como recepcionista (11%), personal de limpieza (10,2%) o camarera de pisos (9,4%). El nivel formativo más frecuente con el que cuentan es el de
estudios elementales (60%).
Mujeres con discapacidad, ¿doble discriminación?
Las mujeres con discapacidad también corren el riesgo en exrimentar doble discriminación en el mercado laboral. “No sólo hacen frente a estigmas propios de la mujer como la maternidad o la conciliación, sino que tienen que luchar contra prejuicios fuertemente asentados; por ejemplo, que incrementarán el absentismo o tendrán un rendimiento menor, todos ellos fruto del desconocimiento y la falta de experiencias previas”- declara
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
En efecto, las propias mujeres con discapacidad critican que se encuentran en
desventaja con respecto al resto de las mujeres, debido a su condición. Concretamente, un
65% así lo declara.
La mayoría atribuye esta discriminación al propio acceso al puesto de trabajo (un 80% cree que los reclutadores tienden a descartar a la mujer con discapacidad), seguido de la conciliación (33%) y de la política retributiva (27%).
Esta discriminación se hace patente en el desempleo de larga duración: un
77% de las paradas con discapacidad lleva más de un año en paro, cifra considerablemente superior a la media femenina general, del 61%.