No es la primera vez ni será la última que se lee en redes sociales anuncios o posts que te prometen la estrategia perfecta, triunfadora, ganadora, infalible (...) para tu negocio o lanzamiento.
Y aquí es donde llegamos a una bifurcación:
Peeerooo, ojo porque se complica la cosa... Y es que, esta promesa de La estrategia perfecta para tus webinars (por ejemplo), tiene un peligro monumental.
Para ti, que no eres profesional del marketing o de la estrategia, que deseas con todo tu corazón llegar a más personas con tu servicio o producto, ayudar y, seamos sinceros, facturar más, escalar y crecer.
Llegas con toda tu ilusión creyendo que has aterrizado en la panacea y que ese vídeo de 30, 40, 60, 90 minutos va a ser la respuesta definitiva a tus problemas. Al fin y al cabo, es lo que te han prometido.
Lo cierto es que es una promesa falsa. Es mentira, te han engañado. Puede que no con mala intención (o sí, ahí ya, la ética de cada uno).
Y es que, si ese contenido fuera sincero, se llamaría La estrategia con la que YO conseguí grandes resultados en mi negocio. Yo mayúsculas.
¿Qué pasa aquí?
Cada negocio es un mundo, al igual que cada persona es diferente. ¿Por qué lo que triunfa para la persona del vídeo no puede triunfar para ti? Yo no digo eso, no lo puedo asegurar.
Ni yo ni nadie. Ni la persona que te promete que sí lo puede saber. Porque la estrategia no va de leer un libro y replicar. La estrategia no está en los libros.
Las bases, sí. Las estrategias reales no.
Una buena estrategia se basa en 4 pilares fundamentales:
Y ya hemos establecido que cada negocio es un mundo.
¿En el mejor de los casos? Tu, tu negocio y tu audiencia os parecéis tanto a la persona del vídeo que te funciona la estrategia. ¡Enhorabuena! Has triunfado.
Eso sí, te has quedado atascado en una misma estrategia que, cuando esté quemada, no sabrás adaptar. Porque no es tuya, es de otro.
¿En el peor? Te comes un vídeo de X minutos, con las expectativas altísimas y fracasas. Sigues buscando, incluso te replanteas si esto es lo tuyo.
En realidad, si lo piensas, este último escenario puede que sea el mejor.
Piensa esto:
Entonces... si haces lo mismo que hace todo el mundo, o lo que todos van a copiar de un video que no sabes ni cuántas personas han visto... ¿cómo narices te vas a diferenciar?
La estrategia no es algo enlatado. Es personal, intransferible y en constante cambio.
No te equivoques, ese contenido que seguro has consumido cientos de veces es un tesoro. Pero no para copiar, pegar y esperar al el milagro. Qué va.
Para inspirarte, para saber qué hacen los demás, para añadir cosas buenas y novedades a tu estrategia y para detectar puntos flacos y mejorarlos.
Inspiración sí. Copia no.
Lo sé, lo sé. Definir tu estrategia no es fácil. Mucho mejor si alguien te da el Santo Grial de los negocios y tú te despreocupas.
Pero nada en la vida funciona así.
Como empresario tienes que estar siempre dispuesto a invertir. Y aquí hay 2 variables con las que puedes jugar:
A mayor inversión en dinero, menor en tiempo y al revés.
Es cosa tuya decidir de qué tienes más para invertir.
Y si de este artículo sacas una cosa en claro, que sea esta: las soluciones fáciles y baratas, a menudo se vuelven en tu contra.
Y si no sabes de algo, pregunta. Es la mejor forma de aprender. Una vez mi madre me dijo: no hay preguntas indiscretas, solo respuestas indiscretas.
Si no preguntas, no avanzas. Pregunta y serás respondido (qué bíblico ha quedado).
Si me quieres preguntar a mí, ya sabes dónde estoy.
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