Ignasi Guardans (Barcelona, 1964) es diputado de CiU en el Parlamento Europeo. Integrado en el grupo ALDE (Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa), este abogado de carrera y cinéfilo por afición reconoce tener un trabajo apasionante. Actualmente es una pieza fundamental en el debate propuesto por la Comisión para adaptar la existente Directiva de Televisión sin Fronteras a los medios audiovisuales. La nueva normativa reflejará una legislación "parcheada" que controlará los contenidos difundidos a través de diferentes canales y sancionará "a posteriori" a los distribuidores. Seguro que no llueve a gusto de todos, por eso Guardans se afana en dejar clara una cosa: "Tendremos que debatir mucho para hacer una Directiva que realmente se adapte al ámbito audiovisual actual".
INFOPERIODISTAS: ¿Cómo surge la necesidad, por parte de la Comisión Europea, de modificar la Directiva de Televisión sin Fronteras?
La Comisión Europea es la institución que tiene el monopolio de la actividad legislativa sobre este tema y decide poner sobre la mesa la reforma para regular los servicios audiovisuales no lineales, no tradicionales. Sin embargo, Viviane Reding, la comisaria para la sociedad de la información, tomó una decisión que yo creo equivocada: en vez de hacer una directiva nueva, mantiene la actual y la parchea, introduciendo reformas aplicadas a los nuevos servicios. Esto está complicando mucho el proceso legislativo, hubiera sido más fácil hacer una nueva directiva pensada y concebida para el siglo XXI. En cualquier caso, los países miembros ya han confirmado a la Comisión su acuerdo para que la directiva tire adelante y regule y amplíe el marco actual. Aunque también hay países muy escépticos, como Reino Unido, que quieren que la Directiva regule sólo la televisión tradicional y que todos los demás medios se adapten a la Directiva de Comercio Electrónico.
IP: ¿La Directiva dice algo de la gestión de derechos de propiedad intelectual en el mundo digital?
No, este tema tendrá una legislación paralela que evitará que haya 25 mercados. La nueva Directiva de Servicios Audiovisuales pretende ampliar la Directiva de Televisión sin Fronteras y extenderla no sólo a la televisión, sino al sector audiovisual, independientemente del medio técnico de transmisión. Hay varios ejes de debate: la regulación de contenidos y horarios de la publicidad, las nuevas formas de aplicación (sponsorización, product-placement) y en qué condiciones, cómo tendría que funcionar el ‘source news reporting’ (similar al clipping, pero en versión audiovisual) y la cesión gratuita de todas las imágenes con contenido informativo. La Directiva establece un principio claro: el país de origen. Un emisor de televisión que cumpla la normativa y tenga los derechos de propiedad intelectual podrá emitir en toda Europa, por lo que ningún país de Europa podrá impedir la recepción de una señal que sea emitida legalmente en el país de origen.
"En el panorama audiovisual actual el concepto de frontera queda muy diluido, pero eso no nos puede llevar a una falta de legislación" |
IP: ¿Cómo se armonizará la legislación europea a los países miembros?
La directiva establece un contenido de mínimos, pero después cada país miembro impondrá algunas prohibiciones que irán más allá. Se trata de que haya equilibrio entre la prohibición y la regla; la regla es el principio del país de origen, de cielos abiertos. La excepción es que si se incumplen determinados requisitos se podrá impedir la recepción de la señal. El debate se complica por el tema de Internet, pero no por eso podemos de repente liberalizar todo el sector audiovisual y permitir que una empresa farmacéutica patrocine el Telediario, por ejemplo. La solución tampoco es elaborar reglas que no se puedan llevar a la práctica o que sólo se apliquen a una parte de los actores. Los operadores que prestan servicios equivalentes, sean tradicionales o no, tienen que tener las mismas reglas. Ése es el verdadero debate: ¿Cómo hacer reglas del juego equivalentes para todos? Es evidente que algunas restricciones, como el tema horarios por ejemplo, en el ámbito de Internet ya no tienen sentido. Quizá la televisión tradicional tendría que tener unas restricciones y los servicios audiovisuales de nuevo cuño, otras.
IP: Hasta ahora las emisiones televisivas estaban ubicadas en territorios muy concretos y en sus sistemas legales, pero con las nuevas tecnologías la audiencia se agrupará en base a su idioma, no a su país...
Eso es así, pero sólo en parte. En las nuevas generaciones no hay término medio entre el analfabetismo y el bilingüismo, lo cual es bueno para crear un espacio audiovisual europeo, pero complica las cosas. El concepto de frontera está muy atado a una idea de televisión ya obsoleta. Desde que nace el satélite e Internet y llegamos a la convergencia de medios, no se sabe dónde termina la televisión y dónde empiezan los servicios digitales. Ahora cualquier televisión es a la vez pantalla de ordenador y recibe contenidos de Internet. Está claro que el concepto de país o frontera queda muy diluido, pero esto no nos puede llevar a derogar la normativa vigente y a no establecer ningún tipo de restricción, no tendría sentido y la sociedad no lo permitiría. El reto es mantener algunas restricciones que la sociedad exige y tener una manera de sancionar a aquellos que emiten contenidos violentos o que no diferencian entre publicidad e información, por poner ejemplos. Cuando los códigos éticos no funcionan, tiene que haber una reglamentación que sancione de alguna forma, sin que entre en juego el Código Penal. Por eso tenemos que hacer una directiva realista, que se pueda aplicar y ser conscientes de que estamos legislando un fenómeno del que no sabemos nada. Pero eso no puede ser razón para dejar a la sociedad y a los consumidores desprotegidos.
IP: ¿La voluntad de crear un espacio audiovisual conjunto se sustentaría sin un mercado único? Estoy pensando en la compra de música por Internet...
El tema de la compra de música por Internet no es objeto de esta Directiva, pero sí está sobre la mesa. Viviane Reding se está esforzando por proteger la propiedad intelectual e impulsar la descarga legal, sin que esto vaya en detrimento de las empresas que quieran desarrollar una biblioteca digital de música. Por tanto, está claro que hace falta un espacio de gestión de derechos común en Europa, pero en el ámbito audiovisual hay que buscar el equilibrio entre el espacio común y la diversidad cultural.
"Somos conscientes de que establecemos reglamentación en un ámbito del que no sabemos nada" |
IP: ¿Se llegará a alguna conclusión al final? Pocas veces hay consenso cuando se intenta crear algo común...
Bueno, hemos logrado el consenso razonablemente bien en la televisión tradicional y yo creo que seremos capaces ahora. El riesgo real es que hagamos algo que se nos quede obsoleto muy pronto, y con una pieza de legislación en el mundo digital no debería ocurrir. Hemos de elaborar conceptos duraderos y al mismo tiempo precisarlos, para no entrar en territorios donde no queremos entrar. Nosotros no estamos para poner obstáculos al desarrollo de Internet. Un tema delicado es el aterrizaje de los medios de comunicación escritos en el terreno audiovisual; la prensa escrita está acostumbrada a tener únicamente el Código Penal como restricción a su contenido, a diferencia del audiovisual, que está más limitado. Cuando ahora progresivamente la prensa escrita está entrando en este terreno, querría extender sus prerrogativas al mundo audiovisual, y eso puede que no sea posible.
IP: Hablando de Internet, ¿cómo ponemos control sobre un canal que no tiene límites de recepción?
No intentamos poner un control previo a un canal, se trata de sancionar administrativamente una determinada conducta, pero a posteriori. Si alguien emite contenido pornográfico a través de Internet tendrá la sanción que exija el Código Penal, pero además la que dictamine la Directiva. El debate es que con un servicio audiovisual lineal, donde el consumidor no puede decidir lo que descarga, puedo imponer más restricciones que con los servicios no lineales, aquellos con los que el consumidor decide dónde y cuándo acceder. Una solución puede ser el principio de la Directiva por el que se adjudica una responsabilidad editorial al prestador de servicios.
IP: ¿Entonces el distribuidor pasará a tener responsabilidad editorial, junto con el editor?
Exacto, pasa a tener una responsabilidad clara, y el hecho de que exista una vinculación territorial me dará a mí un derecho de jurisdicción sobre ese editor.
IP: En cualquier caso, la responsabilidad editorial en Internet afectaría a las empresas que emiten desde países comunitarios. Las emisiones que nos pueden llegar a través de la Red, procedentes de países extracomunitarios se nos escaparían...
Si la emisión se produce fuera de la UE no entraría en aplicación la propia Directiva, pero es difícil y muy caro para un operador emitir su señal televisiva desde un país fuera de la UE, sólo para saltarse la normativa europea. Si esto ocurriera entraría en vigor el principio de la Directiva que atribuye la responsabilidad editorial al proveedor de servicios. Con Internet se ve muy claro: si Jazztel o Telefónica me permiten disfrutar en mi casa de cinco canales de televisión que llegan por ADSL, estas compañías han de responder de lo que están distribuyendo. Cambiamos las reglas para que el proveedor de servicios tenga mayor responsabilidad y no actúe únicamente como vehículo, sin responder de nada más.
IP: ¿Cómo se protege al espectador la primera vez que recibe contenido ilícito, si la sanción es a posteriori?
Se le protege impidiendo que esto vuelva a ocurrir, mediante una sanción. Efectivamente, la primera vez queda desprotegido, pero no podemos establecer un sistema de control preventivo para proteger al espectador, tal y como ocurre en China, por ejemplo.
"Habría que relativizar las tensiones sobre la concesión de licencias audiovisuales. Con Internet, este concepto salta por los aires" |
IP: Antes hablábamos de la armonización entre la legislación europea y la nacional ¿No sería mejor regular eficazmente, a nivel interno, temas como la televisión basura, antes de adaptarnos a una normativa europea?
Para conseguir esta armonización, la Directiva impulsa la corregulación y la autorregulación a través de códigos de conducta. Una autoridad regulativa no puede ir más allá de la libertad de expresión, y una Directiva es por definición un texto legislativo que establece los objetivos que hay que lograr y deja a cada estado miembro los medios para lograrlos.
IP: ¿Qué opinión tiene sobre la adjudicación de licencias en la TDT?
El propio concepto de licencia salta por los aires con Internet, porque el operador que no tenga licencia puede emitir por la Red exactamente el mismo contenido que uno que no la tenga. Prefiero no pronunciarme sobre el reparto de concesión de licencias, aunque sí creo que hay que relativizar mucho las tensiones sobre este concepto. Me parece que al final, la distinción fundamental estará entre lo que es servicio público y lo que no lo es. El servicio publico tendrá unas limitaciones dadas, por su financiación pública. El resto competirá en un marco legal que irá más allá de la licencia que se haya concedido. Apretando un botón de mi televisor veré el contenido difundido por el operador con licencia, y por otro botón me entrará el que no tiene licencia, así que es necesario relativizar este concepto. Lo urgente es cambiar el lenguaje, de lo analógico a lo digital.
IP: ¿Qué pasará con la publicidad? Hay fuertes inversiones en este campo...
La publicidad tendría que buscar otras vías de financiación y todo el sector tendrá que replantearse su propio espacio. Éste es un debate apasionante, pues cada vez hay más vías para difundir un mensaje, pero por mucho que a algunos les moleste oírlo, menos necesidad de la publicidad.